Para él el mundo era una muchacha, 150 libros y una perspectiva de una milla alemana de diámetro. (Lichtenberg)
sábado, 22 de octubre de 2011
Sin inicio,
escribo en un sustrato de frenesí
contenido, ¡cómo debe escribirse!
El espíritu no va a distinguirse
de las formas, si por ellas es… sentido.
El espíritu no avanza, no camina,
se eleva. El espíritu se subleva
ante sí mismo, sí, y sin embargo no termina.
Encuentra su sentido, siempre, en su libertad;
en la total indeterminación. O en la verdad
de ser pura proyección. Como un poema sin final,
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