El pesimismo está tan justificado como el optimismo. La historia no es una razón de peso; ante ella puede objetarse el porvenir.
Filosofía en términos freudianos: insatisfacción coartada en su fin.
La poesía representa la subversión del esquema clásico de forma y contenido: El poeta sólo utiliza un discurso, un “contenido proposicional”, como vehículo de un estilo. El logos equivale al pathos y el pathos al logos; la bella expresión disculpa todas las falsedades… En última instancia, se trata de crear Ethos.
Hay dos tipos de escepticismos: uno cobarde, nacido del miedo a ahondar en la investigación del mundo, y otro de profunda aceptación, de observación; de experiencia y sabiduría. Antes de encerrarse en su castillo, Montaigne tuvo el valor de salir afuera y explorar.
Una convención es, para los orgullosos, el bastón que les humilla mientras les presta un gran servicio.
Las llamadas convicciones son la pátina moralista de los prejuicios más arraigados. Allí donde no hay justificación, se añade, con toda naturalidad, justificante.
Objetivamente, el esfuerzo es la sátira del deseo del que proviene. Subjetivamente, en cambio, es la epopeya de su realización.
Artistas polifacéticos: Su múltiple mediocridad, útilmente, encubre un único miedo. Miedo a buscar en una sola dirección; a perderse en el magisterio de algo que, de antemano, se sabe inútil en relación a lo que importa. Miedo a "lo que importa". A la nada.
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