sábado, 17 de septiembre de 2011

18 aforismos más


1.

Sólo quien se ha perdido alguna vez entiende "de caminos".

 

2.

¡Y entonces… amé! 

Fue como encontrar un signo de interrogación entre formulaciones matemáticas…
3.

Lo peor de odiar a los demás es que, a menudo, se les odia con cariño.
4.

La medida de la verdad es el perjuicio. Ante la duda, pregúntate cuánto destruye a su paso.
5.

Antiguamente, a unos se les educaba para mandar y a otros para servir. Ahora, en cambio, se educa a todo el mundo para lo mismo: para que ganen tanto dinero como puedan.
6.

Para comprender hay que aguzar el espíritu del mismo modo que un catador centra toda su atención en el paladar. Así, tal y como éste llega a captar matices de sabor ignotos para el resto, el pensador aprehende formas profundas en lo más trivial. Como el poeta es sensible a la belleza y fealdad del mundo, el filósofo es aprehensivo ante ciertas combinaciones de ideas; y cuánto más ahonda en ellas, cual pocero, más se expone a quedarse atrapado y a no poder volver al estado, digamos, “de reposo”, en el cual la idea, esporádicamente, llega a germinar.

7.

Si del dolor hay escapatoria, hay también posibilidad de poesía. Pero si no la hay –o carecemos del impulso creador necesario para que la haya-, entonces el mundo vuélvese un lugar terrible y vulgar del que sólo cabe esperar tormento o muerte.



8.

Aquel viajante empleó más tiempo tratando de descifrar el mapa que explorando el terreno. Algunos dirán que era un hombre sensato, puesto que no sabía nada del lugar en el que se encontraba, pero, si bien se mira, también puede llegar a parecernos muy cobarde y, en cierto modo, ingenuo… En efecto, ¿por qué fiarse del mapa, si se desconfía de todo lo demás?


9.

El único afecto de valor es aquel del que podemos prescindir.


10.

Hay personas que parecen haber nacido con la rara cualidad de sólo poder ser estimadas desde la distancia.

11.

Nuestro propio juego – Conocí a un jugador de baloncesto con una técnica impecable, y que, sin embargo, no sabía jugar en equipo. Su problema era que había adquirido la costumbre de pelotear mirando su sombra a cada momento; y, sin tal punto de referencia, perdía el balón constantemente. Un día me confesó que ya era tarde para él, que nunca podría cambiar aquel hábito sin menoscabo de su técnica, a lo que yo le contesté que le entendía perfectamente, que a mí me ocurría lo mismo cuando escribía. “Ah, pero tú estás salvado”, me dijo, “tu no tienes que jugar con otras personas”. “Ni tú tampoco”, contesté, “a los dos nos basta con la sombra”.
12.

Sólo existe un talento: el de fingir su posesión.
13.

El talento es el tributo que concedemos a quienes nos engañan con suma maestría. 


14.

Nuestro rostro es el símbolo de lo que somos, es decir, de lo que no somos más que por su continua vigencia como tal.
15.

Crear: adular al cuerpo para que éste, envanecido, garboso, enamore a la idea.
16.

Un filósofo de partido se me antoja, en su proceder, como un padre que en vez de contemplar a su hijo mientras, muy esforzadamente, juega a fútbol con sus amigos, va a darle también él patadas al balón.
17.

El héroe no tiene un arma para cada enemigo, sino un enemigo para cada situación.
18.

“Deporte de aventura” es una contradicción en los términos.


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